Las diferencias de temperatura y porcentaje de humedad entre el exterior y el interior de la vivienda conduce a que el vapor de agua del ambiente condense sobre la superficie más fria produciendo humedades de condensación.
Para prevenir la humedad de condensación es recomendable una adecuada calefacción en invierno, combinada con una buena ventilación y renovación de aire de los locales. Esto puede llegar a ser realizado en un corto período de tiempo. Un mayor tiempo de ventilación no mejora las condiciones ambientales y sólo contribuye al enfriamiento de la vivienda y a un aumento de los costos de calefacción.
Una consecuencia de la condensación es la aparición de manchas negras o verdosas en la zona donde se ha producido. Estas manchas son debidas a la formación de hongos. El remedio más eficaz para luchar contra los hongos es eliminar la humedad. Al hongo cuando se le quita el agua, muere. Si no es factible eliminar la humedad, el hipoclorito los mata. Se recomienda además la aplicación de pinturas antihongo.
Para evitar humedad de condensación:
- Conserve el número óptimo de habitantes previsto (2 personas por dormitorio).
- No ventile excesivamente en días de extrema humedad.
- Mantenga cerradas las puertas de cocina y baños durante su uso para reducir el ingreso de vapor de agua a los demás ambientes de la vivienda.
- Coloque un extractor de aire en su cocina.
- Use un tipo de calefacción que no produzca vapor de agua (evite en lo posible estufas a kerosene o supergás). La instalación de equipos de aire acondicionado es recomendable.
- Evite el uso de vaporizadores (de tener que usarlos, hágalo en baños o cocina).
- Evite el secado y planchado de ropa en áreas no destinadas a tal fin.
- Caliente agua solamente en la cocina.
- No lave los pisos con baldeo de agua.
- Controle la evacuación del agua condensada en los vidrios, sin dejarla chorrear.
Fuente: Habitar 3.1.1. Modelo de Manual de uso y mantenimiento de la vivienda – BHU